jueves, 12 de junio de 2008

BLOQUE NARRACIÓN

Rodolfo Walsh.
Los oficios terrestres.

Esa mujer.

El primer cuento que leí, en la parte de este bloque es el de Rodolfo Walksh “Esa Mujer”. Mientras uno va leyendo, se da cuenta que se trata de una entrevista periodística, y si se sigue prestando mucha atención, también se reconoce quienes hablan y de quien. Me detuve a buscar información sobre aquel cuento y encontré bastante. Esta entrevista fue realizada a fines de la década del ´50 al coronel Carlos Eugenio de Morí Koenig, persona encargada del cuidado del cadáver de Eva Duarte de Perón.

“Los militares golpistas de la revolución del '55 no querían que el pueblo peronista se acercara al cuerpo de Evita (que se conservaba en perfecto estado después de su muerte gracias a tratamientos químicos encarados por el médico español Pedro Ara), por temor a que pudiera inflamar ánimos de revuelta. Designaron al coronel Moori Koenig que se ocupe de cuidar y mantener oculto el cuerpo. Fue el principio de una alucinante odisea, que lo llevó a pasear el cadáver por los lugares más insólitos, hasta enterrarlo de pie en un jardín de Italia. (La saga está narrada magistralmente en la novela Santa Evita, de Tomás Eloy Martínez)”.[1]

Este cuento es realmente muy interesante por su contenido verídico y misterioso, ya que no da nombres, sino que solo escribe las iniciales de los protagonistas.










Rodolfo Walsh.

Fotos

En este cuento detecté dos formas de expresiones diferentes, como dice Piglia ““Un cuento siempre cuenta dos historias”. Una de las formas tiene que ver con la historia uno, con la historia visible: hay un protagonista llamado Mauricio, quien dice tener una vocación para la fotografía. Por otro lado, la historia dos, la secreta: Jacinto Tolosa, que es quién narra lo sucedido, quien recibe cartas de su hermana y madre, además es amigo de Mauricio.

Las historias si bien son autónomas, coexisten y son narradas conjuntamente. Al mismo tiempo se ve una diferencia entre ambos personajes. Mientras que Tolosa que va a Buenos Aires a estudiar derecho, aprender latín, para algún día convertirse en abogado, Mauricio desde la infancia es recordado como el amigo incorrecto, rebelde. Mal visto por la familia de Jacinto como una mala influencia, es más, parece significar para ellos una persona clandestina, ya que en las cartas solo nombraban su inicial: "tu amigo M. volvió esta semana". Sucede lo mismo con otro personaje enigmático como Perón: "no quiere leer los diarios ni prender la radio para no escuchar al que te dije".
Mauricio es un personaje que no tiene raíces, ni un lugar fijo, sino que de lo contrario, va de un lado a otro, como él dice: “Negro, lo que pasa, es que yo no me puedo quedar quieto frente a lo que veo, tengo que hacer algo, y todos me dicen que no, de golpe me siento como atado, y hasta las cosas se te ponen en contra, (…). Me han jodido entre todos, eso es lo que pasa. Vos, el viejo y Paulina”.
Además de las dos historias que aparecen dentro del cuento, hay que destacar que al mismo tiempo emerge de manera sutil el plano político, característica en varios cuento del propio Walsh.






Los oficios terrestres.

“Los Oficios Terrestres" es uno de los tantos cuentos de este gran periodista. La historia es narrada en un internado católico irlandés de niños pobres, donde aparecen varios personajes durante un gran festín alimenticio y religioso. Ellos fueron permitidos a dejar de “trabajar” ese día, para poder alimentarse como se debe. Uno de lo protagonistas es Dashwood, un pequeño que junto con el Gato, son los encargados de sacar las bolsas de basura, pero en un momento de la historia, él no soporta mas y en silencio se va del lugar para siempre. El Gato, apodado por un gracioso oficial, es un chico que siempre se encontraba bastante alejado del resto. El obispo Usher es quien celebra los oficios divinos, los oficios terrestres, él dice: “-Mucho me alegra- dijo- comprobar el magnifico aseo, limpieza y esmero que reina en este colegio. Aquí vuestro rector me dice que todo es obra de ustedes, que ustedes limpian y lavan y lustran y barren y cepillan los zapatos y hacen las camas y sirven las mesas. Así es como debe ser, porque ninguno de nosotros nació en una cuna de seda, y cada hombre honrado debe aprender sus oficios terrestres”.

En el almuerzo hay una actitud amenazante de todo el grupo al ver gran cantidad de comida. Las Damas también aparecen deseadas por los niños.

Y finalmente, el narrador también es protagonista, ya que cuenta la historia en primera persona. Recuerda lo vivido y como puede lo plasma en este cuento. Cabe pensar que los oficios divinos son una especie de figuración y en realidad este cuento demuestra la violación de los derechos del niño, en cuanto al trabajo que estaban expuestos.

[1] http://209.85.215.104/search?q=cache:TIFeUw5yGBYJ:www.democraticamente.com/wilson/mujer.html+rodolfo+walsh.+esa+mujer&hl=es&ct=clnk&cd=9&gl=ar. Publicado el 14 DE NOVIEMBRE DE 2006. En OPINIONES por WILSON FERREIRA

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